El Tribunal Supremo, en su sentencia 724/2024 (22 de mayo de 2024) ha establecido que un infarto de miocardio ocurrido en los vestuarios de un centro de trabajo antes de fichar y comenzar el turno no se considera un accidente de trabajo. La Sala de lo Social ha reiterado la doctrina preexistente, basándose en la interpretación de la legislación vigente sobre accidentes de trabajo y el tiempo de trabajo efectivo.
En este caso particular, un trabajador sufrió un infarto en los vestuarios antes de iniciar su jornada laboral. La viuda del trabajador solicitó la pensión de viudedad y el auxilio por defunción, argumentando que se trataba de un accidente de trabajo. No obstante, tanto el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), como la mutua y la empresa, rechazaron esta consideración.
El procedimiento judicial comenzó en el Juzgado de lo Social núm. 1 de Ciutadella de Menorca, donde inicialmente se desestimó la demanda de la viuda. Posteriormente, el Tribunal Superior de Justicia de Palma de Mallorca revocó esta decisión y declaró que el fallecimiento del trabajador derivaba de un accidente de trabajo.
El Tribunal Supremo, tras analizar el recurso de casación para la unificación de doctrina presentado por la empresa, anuló la sentencia del tribunal superior. La clave de su decisión reside en que el infarto no puede considerarse un accidente de trabajo al no haberse producido durante el tiempo de trabajo efectivo, conforme al artículo 156.3 de la Ley General de la Seguridad Social y el artículo 34.5 del Estatuto de los Trabajadores.
Esta sentencia subraya la importancia de distinguir claramente entre el lugar y el tiempo de trabajo para considerar un accidente laboral. Reafirma que es necesario que el trabajador esté realizando actividades propias de su puesto de trabajo o esté a disposición del empleador para que un suceso se considere un accidente de trabajo sin controversias.
Este fallo del Tribunal Supremo establece un precedente significativo y clarificador respecto a la interpretación de lo que constituye un accidente de trabajo. Resalta la necesidad de que el evento ocurra durante el tiempo de trabajo efectivo para que sea reconocido como tal, proporcionando así mayor certeza jurídica tanto para empleados como para empleadores.
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